miércoles, 12 de febrero de 2014

Macarrones "sin" (o de Emilio)



"Cristina iba a empezar a hacer sus afamados macarrones: es decir, con tomate, cebolla, carne picada de ternera y chorizo. Lo primero fue coger una cebolla, pero entonces se dio cuenta de que no habíamos comprado, así que dijo: “Bueno, no pasa nada, le ponemos en su lugar ajo”. Luego se apercibió de que tampoco tenía carne picada de de ternera, sino que era de ave; sin embargo, pensó que bien podría valer. Conforme avanzaba, llegó la hora de echar el chorizo, ¡y tampoco había!, momento en el que me lanzó una mirada fulminante y yo no tuve más remedio que confesar: “Me parece que he sido yo el que me lo he comido”. Para colmo de despropósitos, cuando tocó el instante supremo de echarle el tomate frito a los macarrones, ¡tampoco había tomate!, así que, en un ataque de improvisación y desesperación a partes iguales, decidió echarles a los macarrones ya cocidos un poco de queso Philadelphia, trozos de tomate recién cortado para darle un punto de frescor, y servirlo todo finalmente con el ceño bastante fruncido. No obstante, para mi propia sorpresa (y algún gruñido procedente de lo más profundo de los refunfuños de Cris), la receta de los macarrones “sin” –sin cebolla, sin chorizo, sin ternera, sin tomate- estaba incluso más sabrosa que la idea original. Aunque esto Cris Kitchen no lo reconocerá nunca. ¡Que os aproveche!"

Esta es la primera vez que publico un relato de segunda mano, pero en este caso, el observador poco imparcial es el que mejor pudo apreciar la secuencia de desastres y afortunadas casualidades que llevaron a crear esta receta. Debo admitir que, quizá por desánimo y desesperación, era ciertamente reticente a admitir que quizá estuvieran hasta buenos..pero lo están...a mi pesar...
Os cuento los ingredientes, porque la versión es la que es, jajaja.
Se utilizó: 100g de carne picada de ave, un tomate y medio frescos, cuatro champiñones, un diente de ajo, unos 250g de macarrones, y media tarrina de queso philadelphia. Amen de sal y orégano al gusto.
El proceso, lo resumo: se cuecen los macarrones con un poco de aceite y sal, y se escurren, apartándolos. En la misma olla de cocer los macarrones, se pone un poco de aceite y se añade el ajo picado y la carne de ave (y sal), y se da vueltas a fuego medio hasta que la carne esté cocida por completo. Después se añade el tomate troceado, y se voltea hasta que se deshaga casi por completo. Se añaden los macarrones y el queso philadelphia, y se mezcla bien. Finalmente se añade un poco de orégano al gusto.
Y esa es la historia de los macarrones "sin".